Nos vamos a poner
un poco en plan profesores de historia. Las Médulas, son los restos de la mayor
mina de oro a cielo abierto del Imperio Romano
(José pero ahora no vamos a encontrar oro…no te empeñes en buscarloJ). El
proceso mediante el cual los romanos extraían el oro se denomina “ruina
montium” (derrumbe de montes). Consistía en lo siguiente:
1- Recogían y
transportaban agua a través de un conjunto de canales escarbados en la roca,
algunos de ellos de hasta 100 km de longitud.
2-Almacenaban el
agua en depósitos situados cerca de la mina.
3-Ponían a los
pobres astures a escarbar en el interior de la montaña una red de galerías y
pozos sin salida externa.
4-Llenaban esta red
de galerías y pozos con el agua almacenada e iban desestabilizando la montaña.
5-Soltaban una gran
tromba de agua que provocaba el derrumbamiento de la montaña.
6- Separaban la
arcilla de los cantos, limpiaban la arcilla y alé ya se tenemos listo el
preciado metal.
Resultado:
toneladas de oro para el Imperio Romano y un precioso y caprichoso paisaje para
nuestros ojos.
Así pues, y
esperando no haberos aburrido demasiado con la explicación, nos disponemos a
emprender la marcha. La ruta elegida es la conocida como la senda de las Valiñas
o ruta corta. Es una senda muy recomendable ya que es sencilla, corta (como su
propio nombre indica) de unos 4km, y que nos permite adentrarnos en lo más
interesante de este paisaje. Es una ruta circular que comienza tras atravesar
el pequeño y coqueto pueblo de Las Médulas.
Al final del pueblo
nos encontraremos con que el camino se bifurca en dos, los dos nos llevan al
mismo lugar, pero para hacer la ruta circular, recomendamos coger el primero de
ellos que es el que aparece a nuestra izquierda. Esta indicado y hemos de
buscar siempre la dirección hacía la Cuevona.
Nada más comenzar a
andar nos sorprende la exuberante vegetación de la zona, compuesta
principalmente de robles, encinas y
sobre todo castaños. Estos últimos en su mejor momento del año, con sus
tonos dorados y sus castañitas en el suelo (sabemos lo que estáis pensando
pero… esta prohibido cogerlas L son de propiedad privada). Continuamos caminando por esta senda, que
no ofrece dificultad, quedándonos sobrecogidos por la mezcla perfecta de la
naturaleza con el bonito “destrozo” que ha provocado la mano del hombre.
Poco a poco vamos
ganando altura y las vistas mejoran por momentos hasta que llegamos a la
Cuevona. Esta es la galería con más altura de Las Médulas y ciertamente te hace
sentir chiquitito. Desde este punto, hemos de dirigirnos a la Encantada (nos
queda a nuestra izquierda y esta indicado). Esta es otra galería que esta moldeada
con curiosas formas y simplemente se puede decir que tiene magia, ese no sé
que, que tiene este lugar. Será que esta cargado de leyendas, que os contaríamos
pero creo que llenaríamos 6 folios y sería demasiado.
Bueno pues desde aquí
hemos de volver a la Cuevona y seguir un sendero bastante ancho que nos sale en
dirección contraria a la que hemos venido, hay un cartel que nos indica hacía
Las Médulas. En un determinado punto, al lado de una fuentecita llamada de la
Tía Viviana, aparece un camino a la derecha que sube al Mirador de Orellán.
Este se encuentra a 900 metros de la fuente pero ojo es una subida con un
desnivel importante. Si queremos ir andando hemos de subir y bajar por el mismo
sitio y continuar por el camino de nuevo. Nosotros decidimos ir después en
coche. Así pues proseguimos nuestro camino disfrutando del otoño hasta llegar
al pueblo de las Médulas.
Si alguien va con
niños pequeños, personas mayores, esta cansado, escacharrado, etc. puede tomar
este segundo camino y hacer la ruta ida y vuelta lineal por este sendero.
Solamente tendrá que tener la precaución de al final del pueblo en el cruce de
caminos que os comentábamos antes y tomar el camino recto, pasando por una
barrera que esta señalizada como dirección prohibida para vehículos. A partir
de ahí no tiene ninguna perdida, llegaremos hasta la Encantada y volveremos
tras nuestros pasos, tras haber dado un cómodo paseo.
Con la descripción
de la ruta concluida unas pequeñas recomendaciones turísticas.
La primera, es la
visita más que obligada al mirador de Orellán. Al que podemos acceder con el
coche desde el pueblo de Orellán hasta un parking donde hemos de dejar el coche
para realizar los últimos y empinados 600 m andando. Nada más empezar a caminar
tenemos una bonita postal de los montes Aquilianos. Al llegar al mirador se nos
compensa el esfuerzo de la subida con una vista panorámica de toda la
explotación minera que te deja sin palabras.
Segunda
recomendación, visitar las Galerías de Orellán, están al lado del mirador. Son parte de los canales escarbados en la
montaña. Es toda una experiencia
recorrerlos y hasta se pueden apreciar las marcas de las herramientas que se
usaron para abrirlos. Uno de los dos canales visitables nos conduce a un
“balcón” que si sitúa en medio de un corte vertical en la montaña. Un par de
consejos bienintencionados; uno, a pesar de los cascos, cuidado con las cabezas
y dos, claustrofóbicos mejor abstenerse.
Tercera recomendación, visitar el Castillo de Cornatel. Este esta situado en la localidad de Villavieja a unos 12 km de las Médulas. Un desvío a la derecha, entre los pueblos de Carucedo y Santalla del Bierzo nos lleva hacía él (esta señalizado). Que decir de esta fortaleza, es mejor verla que contarla. Os recomendamos tomar distancia, acercaros, palparla y si os gusta la fotografía tomar imágenes desde los mil ángulos posibles. Y si no os va la fotografía sentaros a contemplar las increíbles vistas.
Pues esto es todo, las Médulas son un lugar muy rico a pesar de que los romanos se llevaran el oro. Rico en historia, en naturaleza, en arqueología, en gastronomía y en sus gentes. Hay mil rutas con las que perderse por este lugar, esta es solamente una más, pero esperamos que os haya gustado.
1 comentario:
Maravilloso lugar que me encantaría visitar.Gracias chic@s.
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